Introducción, conflicto y desenlace
Los inicios siempre son lo mejor. Uno inicia algo con toda la ilusión del mundo, sin ser capaz de concienciarse de que cuanto más alto se suba a las nubes, más dura será la caída, o de que lo bueno tiende a durar poco.
Nada como el primer amor, la primera vez, las primeras semanas de un noviazgo...
Yo tenía dos amigas. Una de ellas cambiaba de novio cada semana. La otra, digamos que tenía una vida menos "agitada". Cuando la de los "no-novios" se encontraba con la de los "novios-semanales", nos comentaba: - He visto a Raquel, ya está con un novio nuevo. ¡Me encanta la filosofía de esta chica, porque las primeras semanas siempre son las mejores, y ella sólo vive primeras semanas!
Por mi parte, intento no tejer con demasiada fuerza la tela de la introducción, aunque me resulta imposible, ya que no hay nada como estrenar ropa nueva, pisar la nieve blanca y reciente, los primeros días de clase...
Idealizo, imagino, espero, deseo.
Luego vienen los conflictos, que son conflictos de verdad.
Porque una agranda las cosas. Una gusta de meter el dedo en sus propias llagas, agrandar las heridas hasta hacer verdaderos boquetes.
El conflicto es el período de guerras. Nada tiene que ver con los momentos "rosas" de la introducción, en este siempre han de aparecer las sombras, las dudas, los celos, las manías. ¡Si no no sería conflicto!
Lo malo es que algunos profundizamos demasiado en el conflicto, arriesgándonos a quedar atrapados en él, tal vez por un oscuro y secreto deseo de visitar las mazmorras del castillo, de mezclarse entre la chusma y la podredumbre.
En cuanto al desenlace, me pregunto si en realidad existe. Porque sí, hay historias que acaban. Me imagino que los capítulos de la vida finalizan tarde o temprano, pero nada es definitivo hasta la muerte.
Nada como el primer amor, la primera vez, las primeras semanas de un noviazgo...
Yo tenía dos amigas. Una de ellas cambiaba de novio cada semana. La otra, digamos que tenía una vida menos "agitada". Cuando la de los "no-novios" se encontraba con la de los "novios-semanales", nos comentaba: - He visto a Raquel, ya está con un novio nuevo. ¡Me encanta la filosofía de esta chica, porque las primeras semanas siempre son las mejores, y ella sólo vive primeras semanas!
Por mi parte, intento no tejer con demasiada fuerza la tela de la introducción, aunque me resulta imposible, ya que no hay nada como estrenar ropa nueva, pisar la nieve blanca y reciente, los primeros días de clase...
Idealizo, imagino, espero, deseo.
Luego vienen los conflictos, que son conflictos de verdad.
Porque una agranda las cosas. Una gusta de meter el dedo en sus propias llagas, agrandar las heridas hasta hacer verdaderos boquetes.
El conflicto es el período de guerras. Nada tiene que ver con los momentos "rosas" de la introducción, en este siempre han de aparecer las sombras, las dudas, los celos, las manías. ¡Si no no sería conflicto!
Lo malo es que algunos profundizamos demasiado en el conflicto, arriesgándonos a quedar atrapados en él, tal vez por un oscuro y secreto deseo de visitar las mazmorras del castillo, de mezclarse entre la chusma y la podredumbre.
En cuanto al desenlace, me pregunto si en realidad existe. Porque sí, hay historias que acaban. Me imagino que los capítulos de la vida finalizan tarde o temprano, pero nada es definitivo hasta la muerte.
9 comentarios
Stuffen -
Qhrlhy -
Un abrazo.
Qhrlhy
la Canalla -
Stuffen -
Malsapo -
Octavia -
Goreño -
Bernal -
Es muy bueno Stuffen.
un saludo
Anónimo -
me alegro de leer esa frase (y además tienes razón)